Centros de estudio ajustan el rumbo para navegar la pandemia

a crisis sanitaria provocada por el coronavirus y su impacto en la economía están golpeando a la mayoría de las empresas y ciudadanos en el mundo, al igual que en Chile, y los centros de estudio no han sido la excepción. A las dificultades operativas que la pandemia plantea para el trabajo diario se suman las restricciones para eventos y seminarios, instancias esenciales para que estas organizaciones den a conocer su labor, además de las crecientes dificultades de financiamiento.

Por esta razón los centros de investigación han debido extremar sus esfuerzos para obtener recursos frescos y hacer ajustes en su operación para mantenerse como actores relevantes del debate. El Centro de Estudios Públicos, por ejemplo, aseguró un aporte extraordinario de UF 30.000 de la Fundación CEP para este año, mientras que Chile 21, apostó por aumentar el monto mínimo de los aportes personales.

Además de ampliar y reenfocar los temas de sus investigaciones, algunas entidades están modificando sus estrategias de trabajo, como Libertad y Desarrollo, que después de implementar con éxito talleres y seminarios a través de Internet, ha resuelto incorporar esta modalidad de manera permanente, para aumentar sus audiencias y su presencia en regiones.

CEP: Aporte extraordinario

En el Centro de Estudios Públicos, su director, Leonidas Montes, reconoce que "este año será muy difícil para todos", por lo que "hay que ser particularmente responsables con los gastos". Por eso destaca el cuidado y austeridad con que se administran los recursos de sus aportantes. Además de las donaciones de empresas y personas jurídicas, CEP cuenta con un endowment, un fondo constituido en 2013 con US$ 50 millones por la fundación con aportes de un grupo de empresarios que se invierte en distintas instancias y cuyos retornos son usados para financiar su tarea.
Aunque no conoce en detalle la situación del fondo, ya que no forma parte de las responsabilidades de su cargo, Montes admite que probablemente los recursos aportados cuando el dólar estaba más barato hoy representen una suma menor a los US$ 50 millones originales. Pero "lo que sí puedo decir es que, al margen de los vaivenes del mercado, este año la Fundación CEP acordó realizar un aporte excepcional de UF 30.000", destacó. Eso se compara con las UF 22.000 que aportó el año pasado.
Más allá de los recursos extraordinarios, Montes proyectó que los aportes totales se mantendrán este año en torno a las UF 80.000, el mismo nivel registrado en 2019. "En cuanto a la situación para este año, que será difícil, estamos muy agradecidos por el compromiso de nuestros aportantes. Pese a las dificultades que enfrentarán muchas empresas, es alentador y estimulante ver cómo valoran lo que hacemos".
Por eso Montes confía en que el trabajo del centro no se verá afectado y asegura el número de investigadores se mantendrá, pese a la salida de Isabel Aninat, que después de seis años colaborando con la entidad, este mes anunció su partida para asumir como decana de la Escuela de Derecho de la Universidad Adolfo Ibáñez, mientras que Loreto Cox se marchó en abril para integrarse como profesora de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica.
"No habrá ningún despido. Por el contrario, haremos un llamado para contratar a dos investigadores asistentes y en julio se integrará Rafael Sánchez a nuestro equipo de investigadores", aseguró el director del CEP.
Por su parte, Lucas Sierra, que a mediados del año pasado decidió dar un vuelco a su carrera para crear su propia oficina de abogados, seguirá trabajando con el centro durante todo el proceso constitucional, dijo Montes, recalcando que este es un tema fundamental para la entidad, donde cuenta con gran experiencia. A eso hay que agregar la reciente incorporación de Pablo Fuenzalida, que enfocará sus esfuerzos en el mismo ámbito. "Seguimos trabajando en este tema y vamos a seguir apoyando y orientando este debate donde hemos hecho aportes importantes como los Diálogos y las Propuestas Constitucionales.
En cuanto a las encuestas, Montes adelantó que el objetivo para este año es realizador dos estudios, "si las circunstancias lo permiten", pero como se manejan de manera autónoma e independiente, habrá que esperar a que se publiquen para conocer sus novedades, explicó.

Libertad y Desarrollo: potencial online

Desde marzo de este año, Libertad y Desarrollo está concentrando sus investigaciones y trabajos en dos ámbitos fundamentales. En materia de políticas públicas, está poniendo énfasis en analizar y aportar a las medidas que el Gobierno está implementando para combatir los efectos económicos del Covid-19. Y en materia legislativa, su equipo de abogados está concentrado en asesorar a parlamentarios en los proyectos de ley que se están tramitando a raíz de la pandemia. "Ambos, políticas públicas y asesoría legislativa, son ámbitos permanentes de trabajo de nuestro instituto, pero que en estos meses han estado focalizados en las medidas económicas, sociales y legislativas que se están implementando y promoviendo a raíz del Covid-19", explico Marcela Cubillos, la exministra de Educación que asumió al mando del instituto en marzo.
Hace algunas semanas LyD decidió expandirse hacia un nuevo ámbito. Tras la llegada de Cubillos, se creó una dirección de Política y Sociedad Civil, a cargo de Rodrigo Ubilla, que vino a sumarse a la Dirección de Políticas Públicas que dirige Bettina Horst, y la de Asuntos Jurídicos y Legislativos que encabeza Natalia González.
Pero la contingencia ha abierto espacio también para la innovación. Como la mayoría de las empresas e instituciones, LyD ha incorporado el teletrabajo como una medida para el cuidado de sus trabajadores. Pero la iniciativa ha traído beneficios inesperados. "Nuestros talleres y seminarios online nos han permitido llegar a mayores audiencias y tener más presencia en regiones", dijo Cubillos. Y la alta participación convenció a LyD de mantener a futuro esta modalidad "para que en cualquiera de nuestras actividades puedan conectarse personas, desde la región o país en el que se encuentren".

Chile21: apuesta contracíclica

Las complicaciones provocadas por la pandemia se sumaron al impacto del estallido social de 2019, cuyos efectos ya venía sintiendo Chile21 en cuanto a donaciones y demanda por asistencia técnica. "Para enfrentar este escenario, en 2020 hemos ampliado las donaciones personales, que parten desde los $ 10 mil mensuales", explicó su director ejecutivo, Eduardo Vergara. Además, "la suma de una serie de apoyos ha resultado clave, y continuamos con la estrategia de postular a fondos para financiar proyectos".
Ante este panorama, Chile21 decidió asumir un enfoque contracíclico, redoblando sus esfuerzos en trabajos y proyectos gracias a su amplia base de voluntarios. "Este crecimiento no ha dependido solo de la disponibilidad de recursos, porque nuestra fundación cuenta con un número importante de personas que entregan su tiempo por convicción sin recibir remuneración. Eso nos permite crecer en un escenario como este", detalló Vergara.
Lejos de pensar en reducciones, el equipo de investigadores ha crecido, ya que este mes Chile 21 ganó un proyecto sobre seguridad ciudadana que iniciará pronto su implementación. "En las próximas semanas se lanzará un proyecto de seguridad ciudadana enfocado en la reforma policial que jugará un rol central y tres de nuestras áreas de trabajo están colaborando en el nacimiento de un foro constitucional", explicó el responsable del centro de estudios. "Además, estamos avanzando en debates y trabajo en torno a los escenarios económicos que se vienen para el Chile post pandemia. Esto ya se ha iniciado con discusiones que han contado con economistas, empresarios, presidentes de gremios, expresidentes del banco central, representantes del BID y el Banco Mundial, y la academia, entre otros", detalló. "Esta problemática que incluye el escenario económico, el crecimiento, desarrollo, pero por sobre todo, el bienestar y la igualdad, estará al centro de lo que viene este 2020".